Estambul. Día 3/6

¡Hola viajeros!

Con todo el calor y la humedad que hacía en Estambul, el tercer día decidimos refrescarnos y hacer una de las cosas obligadas: coger un ferry que nos llevara por el Bósforo. Lo hicimos con la empresa Sehir Hatlari, y nos costó 25 liras. La parada del puerto en la que embarcamos era Eminönü, y durante sus casi 30 kilómetros, hacía paradas en diferentes puertos: Besiktas, Uskudar, Kanlica, Sariyer, Rumeli Kavagi y Anadolu Kavagi y con suerte, podréis ver algún banco de delfines como nosotros, tanto a la ida como a la vuelta.

Las vistas desde el ferry eran impresionantes:

Paramos en Anadolu Kavagi durante 3 horas que es el tiempo que te dejan. Es el último pueblecito marinero del Bósforo antes de llegar al mar negro, situado en la parte asiática de Turquía, lleno de restaurantes para turistas. Nos alejamos a curiosear por sus callejuelas y vimos su esencia, casitas de madera antiguas y la mayoría poco cuidadas. En esta isla también hay un castillo al que al subir, dicen que hay muy buenas vistas, aunque nosotros no lo comprobamos, la subida no tenía tan buena pinta para el calor que hacía, y decidimos invertir el tiempo que nos quedaba en comer y remojarnos tranquilos en sus aguas cristalinas.

Una vez llegamos de nuevo a Estambul, nos propusimos ir a regatear al Gran Bazar. No debemos de ser tan buenos o teníamos pocas ganas de jugar con ellos, porque no conseguimos grandes gangas. Nos quisimos llevar uno de los cientos de gatitos que había abandonados, pero sería un poco difícil pasar la aduana...

Como aún nos quedaban ganas de coger otro ferry, nos fuimos a Üsküdar. El trayecto era breve y nos costaría al cambio como 1 euro entre los dos. Esta parte de la ciudad, separada por el Bósforo, pertenece a Asia. Esta zona nos pareció menos llena de turistas, y a los lugareños les hacíamos menos gracia ver a turistas por sus calles. Paramos a ver la mezquita de Minar Sunam, al lado del Bósforo, y la mezquita de Semsi Ahmet, las cuales eran poco frecuentadas por los turistas, y en las que no les gustó que nos asomáramos siquiera (también de entrada gratuita).

Desde allí fuimos a uno de los lugares más recomendados de Estambul para ver el atardecer: desde el café de las alfombras, enfrente de Kiz Kulessi. Y podemos asegurar que todos los sitios que lo recomendaban tienen razón, es uno de los mejores atardeceres que hemos visto.

Y desde allí buscamos un buen sitio para cenar, y a por el ferry de nuevo para volver a la parte europea, y de ahí al hotel a descansar.

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