Burgos

Hola viajeros!!

En este Post os vamos a contar nuestro viaje a Burgos. Hay que empezar diciéndoos que en Burgos, aparte de frío, mucho frío, hay cosas fabulosas, es una ciudad preciosa, dónde perderse por sus calles es un placer.

La ciudad se visita en un día sobradamente, aunque si hacéis el viaje desde lejos, recomendamos pasar un par de días y visitar las famosas cuevas de Altamira, dónde podréis hacer un viaje al pasado y aprender como vivían nuestros antepasados. Son una de las cuevas con restos arqueológicos más importantes del mundo, y cada vez siguen descubriendo nuevas cosas.

Comenzamos con nuestro viaje:

Llegamos a la ciudad sobre las 10 de la mañana y nos fuimos directos a dejar el coche en la calle San Francisco, que es una calle cercana a los principales puntos de interés y no es de pago. Desde allí llegamos a la avenida del Cid Campeador, la cuál nos llevó directos al centro.

Primero hicimos una parada en la plaza de la Libertad, que al pasar por ella nos llamó la atención.

Desde aquí volvimos a salir hacia la avenida y continuamos en la misma dirección, hasta que llegamos a la estatua del Cid Campeador, nacido en Burgos. Se encuentra justo antes de llegar al río.

Desde aquí retrocedimos unos pocos metros para caminar por el paseo del Espolón. Es un paseo que merece la pena ir por allí, está lleno de árboles casi entrelazados y al final de este, se llega a la puerta de Santa María, la cual da acceso a la antigua ciudad. Es una de las doce que existían y se encuentra en perfecto estado.

Justo al atravesarla, te sorprendes al ver de pleno como se levanta la Catedral, os recomendamos antes de entrar, rodearla para poder apreciarla. Primero disfrutar del exterior y después del interior.

El precio de la entrada es de 7 euros y existe descuento para estudiantes y jubilados y dan un audioguía que te explica la historia de la catedral y sus distintos estilos arquitectónicos. Desde nuestro punto de vista, el audioguía es demasiado extenso, como casi siempre, te cuenta toda la historia de la catedral, con sus arquitectos, pintores y escultores... por lo que para nosotros es mejor escuchar las partes que os llamen la atención y ver el interior tranquilamente. Tenemos que deciros, para que no se os pase, que en el centro de la catedral se encuentra una pequeña lápida donde supuestamente se encuentra enterrado el Cid y Dña. Jimena.

Al salir, cogimos la calle Lain Calvo hasta llegar a la plaza Mayor, es una placita con encanto, estilo la de Valladolid.

Aquí hicimos hambre y siguiendo diversas recomendaciones nos fuimos a comer de tapas por la zona del centro, en las calles Sombrerías, Paloma y Porcelos. Aquí nos decidimos por ir a dos sitios, el primero fue el Bar Restaurante Rimbombín. Nos decantamos por dos mini hamburguesas, una bola de carne picante y dos bolas de morcilla cubierta de almendras sobre una compota de manzana, junto con dos vinos Riveras, además con la consumición nos invitaron a dos tapas de garbanzos con chorizo. El precio de todo esto fue de 13.80€. Si volvemos a Burgos, repetiremos seguro.

Aunque con eso estábamos agusto, decidimos ir a otro más para probar la zona, y fuimos a la Cervecería El Morito, aquí nos pedimos dos vinos más, una ración de bravas y otra de calamares rebozados, y aunque no estaba malo, nos decepcionó un poco. El precio en este caso fue de 10.70€.

Ya con el estómago lleno y con energía decidimos subir al mirador del castillo, a un paso del centro, desde donde se aprecia una panorámica de Burgos espectacular. Hay que subir muchas escaleras, pero se puede subir en coche, aunque andando se disfruta mucho más a través de los jardines. Hay que reseñar que el castillo los lunes cierra, que es lo que nos pasó...

                  

A continuación, cogimos el coche y nos dirigimos al Monasterio de las Huelgas, no pudimos acceder al interior porque también estaba cerrado, pero desde fuera, al menos, es muy bonito.

Y hasta aquí, nuestra visita a esta gran ciudad, llena de historia y encanto a la cual sin duda ¡volveremos!

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